Yves Saint Laurent — La forma de “libertad” aprendida en París【Parte 1】
Yves Saint Laurent fue una persona que introdujo en la historia de la moda una revolución que no fue simplemente “que las mujeres usaran ropa de hombre”, sino “reconstruir el atuendo masculino adaptándolo a la cuerpo femenino”.
En 1966, presentó el esmoquin para mujer “Le Smoking”, y en ese momento, transformó el símbolo de autoridad en algo sensual mediante líneas rectas negras y el brillo del satén, demostrando que la ropa tiene el poder de redefinir los símbolos sociales.
A partir de entonces, este traje se convirtió en un símbolo de empoderamiento femenino, y continuó fabricándose en diferentes versiones hasta 2002.
El año anterior, en 1965, el “Vestido Mondrian” fue un experimento sin precedentes que traducía la pintura abstracta en ropa. No era solo un estampado, sino que mediante la colocación precisa de paneles de color como si fueran piezas de un rompecabezas, ocultaba las costuras en una cuadrícula, adaptándose al cuerpo con una inteligencia en la confección. Este vestido, que cruzó fácilmente la frontera entre arte y ropa cotidiana, es el punto de partida de los debates posteriores sobre “arte y moda”.
Además, en 1966, la apertura en la margen izquierda de “Saint Laurent Rive Gauche” fue la primera vez que un maestro de la alta costura abrió su propia boutique de prêt-à-porter, cambiando la estructura de suministro de la moda.
Fue innovador diseñar esta colección como una “otra línea” para los jóvenes que viven en la ciudad, en lugar de una versión económica de la alta costura. La moda pasó de ser un privilegio del salón a una cultura urbana — y Saint Laurent lideró este cambio.
La estética de Saint Laurent reside en líneas rectas, espacios en blanco y la habilidad de citar.
Reestructuró la estructura del atuendo masculino, como trench coats, blusones y trajes de pantalón, adaptándolos al cuerpo femenino, creando intencionadamente “espacios vacíos” en el cuello y las muñecas.
La mirada se dirige desde el cuello, hacia las solapas y el punto de parada en la cintura. Sobre esto, superpone sedas con caída y jerseys de alta densidad, creando una “seducción tranquila” mediante la diferencia de texturas mate y brillante. La sensualidad que propone no es exposición, sino que surge de la tensión entre construcción y espacios vacíos.
“La chaqueta safari (Saharienne)” es un símbolo de funcionalidad llevada a la ciudad.
Conocida ampliamente desde la pasarela de 1967 y en el ensayo fotográfico de la edición de Vogue París en 1968, elevó la ropa funcional a la elegancia. La colocación de los bolsillos y el cinturón acentúan la cintura, mientras que el color arena del algodón realza el tono de piel. Conservando un aroma de viaje, se convirtió en un uniforme para la “era del movimiento”, adaptándose a la velocidad de la ciudad.
Otra de las bases de Saint Laurent es la memoria cultural y la renovación de la imagen femenina. Nacido en Argelia, poseía una sensibilidad que le permitía moverse entre el centro y la periferia de París, editando de forma continua la historia a través de interpretaciones de trajes folclóricos africanos y rusos, y de la “reciente liberación” de los años 40, entre otros. Aunque a menudo generaba controversia, en su núcleo estaba la idea de “dar opciones a las mujeres y voluntad en la vida cotidiana”.
Esta idea se amplificó en resonancia con fotógrafos como Helmut Newton, quien capturó la noche del Le Smoking, y Guy Bourdin, con composiciones provocativas. Las líneas del esmoquin negro resonaban con las piedras de París, y la sensualidad de la marca quedó registrada como una “postura”. La belleza de la ropa no se limita al estudio, sino que se completa en las luces y sombras de la calle — así es como Saint Laurent enseñó la forma de entender la moda.
Incluso después de las innovaciones de los años 60, continuó renovando la imagen femenina junto con actrices y musas (Catherine Deneuve, Loulou de La Falaise, Betty Catroux) a lo largo de los 70 con el blazer y blusas transparentes, en los 80 con bordados y colores, y hasta su “anuncio de retiro” en 2002. La retirada de Saint Laurent fue el fin de una era, pero también la prueba de que su definición de “moda femenina moderna” ya estaba arraigada en la sociedad.
En resumen, la historia y estética de Saint Laurent se pueden entender claramente a través de tres ejes.
Primero, “la renovación de la estructura ósea” — rediseñar la estructura del atuendo masculino para crear sensualidad con líneas rectas.
Segundo, “la liberación hacia lo cotidiano” — abrir la alta costura a la ciudad en Rive Gauche, adaptándose al ritmo de vida de los jóvenes.
Tercero, “la edición cultural” — traducir el arte, la historia y los recuerdos de viajes en ropa, incluso generando debates que alimentan la creatividad. Estos tres ejes continúan en la actualidad en la marca Saint Laurent, reflejados en líneas minimalistas y largas, tonos negros, hombros afilados y en el “espacio” en los atuendos.
A partir de la Parte 2, se analizarán en detalle las obras emblemáticas (Le Smoking, Mondrian, Saharienne, prendas transparentes, colección rusa, etc.) y su incorporación en el guardarropa moderno. La “poesía de líneas rectas y espacios vacíos” que dejó Saint Laurent sigue funcionando como una práctica útil en la actualidad.